La creación de nuevas cosas es una de las vías para el
ejercicio del progreso adecuado. Las empresas deben plantearse si trabajan cada
día buscando este modelo, o si por el contrario se deciden sólo por recoger las
rentas de lo que quizás un día fue una nueva empresa.
Sería bueno que las compañías que estén ancladas en el
presente o incluso (y peor aún) en el pasado, haciendo lo que siempre sin mayor
innovación, sin más entusiasmo que mirar el euro por el euro, reflexionaran si su origen
fue ese. ¿Para eso nacieron?
En este repaso pueden descubrir varias cosas:
1.
Problemas de orden mayor: financieros o
estructurales. Esta situación será difícil de atajar porque el desgaste
económico o de personas despedidas puede ser terrible. Aunque ¿no será peor la
desaparición por inanición en un futuro (quizás más cercano de lo que puedan
imaginarse los dueños)?
2.
Problemas de mercado: empresas de sectores en desaparición
o conversión. Las empresas que se encuentran en estas circunstancias deben
considerar profundamente si aquello que hacen verdaderamente contribuye
rentablemente al núcleo de su negocio, a su misión y por lo tanto plantearse
muy seriamente la transición al nuevo mercado de demanda… o inaugurar un nuevo
mercado. Steve Jobs, en 1996, hizo esto con Apple. No es imposible.
3.
Problemas de organización humana y personas: los
empleados, sus motivaciones y su ordenación en la compañía. Este es el problema
más complejo a la vez que más fácil para cualquier empresa. El origen suele
radicar en cúpulas de dirección acomodadas, excesivamente politizadas, que ponderan el corto plazo y el reporte de éxito inmediato a los
consejos de administración. En este entorno de dirección, la empresa no decide
avanzar, no toma consciencia de largo plazo para la toma de decisiones pensando
en la perpetuidad de la compañía. No tienen problemas estructurales, ni
económicos, ni grandes amenazas sectoriales. Y sí tienen empleados con
capacidades, talento, preparación. Sin embargo, el apalancamiento del rumbo
hace que toda esta potencia se vea frustrada en el intento de explosionar para
explorar el mercado actual de una forma distinta, o nuevos mercados diferentes;
todo desde la base innovadora del negocio actual.
Hoy, Expansión publica un resumen del III Estudio del ADN
del emprendedor elaborado por Hiscox, con el titular “Los españoles son los europeos más creativos”.
¿Está siendo la actual crisis económica un acicate creativo y de innovación para muchos
empresarios?
¿De verdad estamos innovando y creando?
En cualquier caso, que los estudios arrojen el dato de que
así es en España por encima de cualquier otro país de Europa, haya más o menos acierto en el informe, nos pondrá en
la senda del liderazgo empresarial en un plazo de tiempo no superior a diez
años. Eso sí, el entorno empresarial y de la industrialización del país debe
seguir siendo favorecido por las políticas de Estado.
Me alegro mucho de ver estos focos de luz en la travesía de
la oscuridad que atravesamos.
Y tú, ¿qué piensas?
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