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jueves, 7 de junio de 2012

22 PREMIOS NOBEL Y LA CUOTA DE RESPONSABILIDAD

El pasado 5 de junio la prensa publicaba la noticia de la declaración del jurado de los premios Jaime I, entre los que están 22 premios Nobel. En esta ocasión, este jurado ha abogado por al importancia de la inversión en I+D+i y se lamentaba de los recortes presupuestarios precisamente en estas partidas.

El manifiesto del jurado decía, según recoge la prensa, que “la negligencia ha sido una de las raíces de la crisis económica actual” achacable a “toda la sociedad”; “todos han intentado conseguir lo máximo posible con el menor esfuerzo posible”; el jurado apela para salir de la crisis a “un mayor reconocimiento a la ética, al emprendimiento y al valor del esfuerzo y la responsabilidad”.

La responsabilidad, ¿no es esta una de las letras, la R, de la CRISIS? La responsabilidad, ¿no es cierto que podríamos resumir toda la crisis actual en el ejercicio de falta de responsabilidad por parte de gobiernos, instituciones, organizaciones no lucrativas, instituciones financieras, empresas, familias, otros colectivos y por supuesto las personas que configuran cada uno de estos estamentos? Yo creo que sí. Pero, ¿todos en el mismo grado? ¿La cuota de responsabilidad sobre lo pasado, lo actual y lo futuro es igual para todos en todos los casos? Yo creo que no.

La Sociedad, en su interpretación más amplia, abierta y laxa, es responsable de lo ya hecho, de lo que en este instante hace, y de lo que queda por hacer, pero cada componente individual no tiene la misma cuota de responsabilidad de cada una de las acciones.

El contrato del producto financiero denominado participación preferente explica las condiciones para ambas partes que firman. La lectura del mismo por la parte contratante es clave. Pero ante el interés por cobrar un bonus por parte del directivo de la compañía que vende este producto, ¿es el mismo cliente aquel que es ilustrado, formado y que debe leer todas letras antes de firmar, que aquel señor mayor que seguro que sabe leer, pero no entender ciertos lenguajes financieros? No quiero caer en la demagogia, pero ante las noticias de estos días en las que la fiscalía estudia hasta cinco posibles casos de delito penal en la configuración de Bankia, entiendo que lo que quiero decir no es demagógico, sino simplemente el reflejo de la falta de responsabilidad, en este caso del sector financiero, al poner en circulación productos “defectuosos”, con plena consciencia, pero sin manifestar éstas con claridad en virtud de desarrollar responsablemente su función económica que es ganar dinero, por supuesto, con la venta rentable, lo más rentable posible, por supuesto, de productos no defectuosos, (y esto también debe estar por supuesto). Aquí está el matiz, la diferencia, la consideración responsable.

Si una compañía automotriz fabrica un coche y sabe que a partir del kilómetro 10.000 al vehículo le fallan los frenos con una altísima probabilidad, aun avisando al posible cliente, ¿por qué lo pone a la venta? Porque si alguien lo compra sin ser avisado, y sin leer las letras del contrato donde quizás se haga referencia a esto, ¿quién falta su responsabilidad? Ambos, aunque no en todos los casos con cuotas de responsabilidad igual.

Por lo tanto, ¿todos los estamentos son igualmente responsables ante la actual CRISIS? Gobiernos, empresas, finanzas, familias... ¿todos son responsables en la misma proporción? Claramente no. Por lo tanto, debemos exigir la proporciones de responsabilidad que cada uno tiene.

La cuestión es que a pesar de las extremas circunstancias que vive la Sociedad, siguen sucediéndose casos de importante falta de responsabilidad por parte de todos, y de unos estamentos más que de otros.

Hasta que no evolucione esta conciencia, no saldremos de esta CRISIS.

Y al respecto de esto, el jurado de los premios Jaime I dijo también: “Si vamos a salir de esto, todos debemos trabajar; no puedes esperar a que llegue alguien con un milagro”. Tenemos que movernos cada uno individualmente, sin esperar que nadie nos mueva, ejerciendo nuestro deber responsable y aspirando a progresar y por lo tanto evolucionar (y esto implica ir a mejor, ¿quién quiere ir a peor?). Si cada uno ejerce su deber responsable (el padre en su familia, el amigo en su grupo de colegas, el profesional en su andamio o en su oficina, el directivo en su comité, el presidente en su Gobierno estatal o empresarial, etc.) más pronto que tarde saldremos de la crisis, y cada cual mejor o peor en función del esfuerzo, trabajo, consciencia y responsabilidad ejercidos.

Y tú, ¿qué piensas?